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Sólo un hombre podría haber acudido en nuestra ayuda contra los babilonios haciendo lo que él ha hecho: Hércules. Es verdad, no puede ser más que él. Todo corresponde a las descripciones que nos hicieron. Si es él, ¿qué crees que ha venido a hacer a Babilonia? Sólo una cosa: intentar liberar a la reina de la Hélade, que es su reina. Así que Hércules es el único que entre las esclavas puede reconocerla. ¿Cómo vas a fiarte de él? En parte me fío y en parte no necesito tener confianza en él. Te confío una misión. El día en que Hércules salga de Babilonia con la reina de la Hélade el sol no deberá ponerse antes de que Hércules haya muerto. El momento en que seré rey de la Hélade no está lejano. ¡Yo soy la reina! ¡Soy yo! ¡Soy yo! ¡Yo soy la reina! ¡Soy yo! Son todas dignas de ser reinas. Desatadlas. ¿De verdad has podido oír ese nombre con tus orejas? Lo juro. Pienso que este soldado dice la verdad. Las pruebas de que Hércules se acerca a Babilonia son muchas. No permitiremos que entre en nuestra ciudad. Hay una coincidencia que debe hacernos reflexionar. Hércules viene hacia nosotros justo cuando buscamos a su reina. ¿No os parece extraño? ¿No os parece que Hércules quiere encontrar lo mismo que el rey Falek? Sólo existe un modo de resolver esta complicada intriga. Eliminar a Hércules. Y así cada vez será mucho más difícil encontrar a la reina. ¿Qué es lo que pretendes? Acoger a Hércules como invitado. Así le podremos controlar. ¡No estoy de acuerdo! Yo sí, estoy de acuerdo con mi hermano Asur. ¿Qué mercancía traes contigo, noble extranjero? Me interesa todo aquello que viene de muy lejos. Debo hablarte. Puedo serte muy útil. Mirad qué magnífico ejemplar de esclavo. Deteneos. Deteneos a admirarle. ¿Sabes cómo me llamo? Crisipo. Hace tanto tiempo que te espero. Soy heleno, como tú. Te he reconocido enseguida. En estos días corrían rumores de que debías llegar. Y no me he equivocado. ¿Qué quieres de mí? Echarte una mano. ¿Qué queréis? Dejadle. Bienvenido, Hércules. Bienvenido a Babilonia. Tenía pensado hacernos apresar para entrar en los subterráneos, no que nos dieran esta bienvenida. Los babilonios son muy listos. ¿Debemos aceptar su hospitalidad? Claro. Pero nos vigilarán. Eso mismo haremos nosotros. Seguiremos a Hércules. ¡Esperadme, también voy! Bienvenido, Hércules, tú y tus seis amigos. ¿Seis? En nombre de todos, te lo agradezco. ¡Hércules está aquí! Eso te hace feliz, ¿verdad? Lo sabía. Escuchadme todos. Esta es una ocasión única. No puedo privar a mi hermana Tanit ni a mi hermano Asur, ni a todos vosotros, del espectá de la fuerza, que ya casi se ha convertido en una leyenda célebre en todo el mundo, de nuestro invitado Hércules. Seis campeones de tierras lejanas han manifestado el deseo de medirse con Hércules. Naturalmente, Hércules no querrá renunciar a esta oportunidad. No renuncio. Acepto el reto. Como sabéis, nuestro invitado posee una fuerza demasiado grande. Por lo tanto, supongo que aceptará el reto, no sólo contar un hombre sino contra tres a la vez. Yahora os toca a vosotros tres. Las armas son inocuas porque el desafío no es a muerte. Fingí no darme cuenta de la trampa. Uno de los tres te odia más que los otros. Conviene apresurarse. Crisipo, has afirmado que puedes conducirnos a los subterráneos. Cierto. ¿Ahora mismo? Ahora mismo. Tú quédate aquí. Es más prudente. Vamos. No, por ese lado no. Ni que estuviera loco. Aquí está. Conozco bien todos los secretos. Durante algunos años fui prisionero. Algunos esclavos amigos tuyos me curaron cuando estaba enfermo. Juré que nada más salir les ayudaría como ellos a mí. Seguro, es este de aquí. Sólo tú serás capaz de moverlo. Gracias, Crisipo. ¿Le conoces? Crisipo juró no delar Babilonia hasta que tú no hubieras llegado. Aún es pronto para liberarte. No debemos precipitarnos. Debo salvarte a ti y a todas las demás. Sin riesgo para vosotras. He oído pasos. Vamos. Cada cadena lleva hasta un edificio de la ciudad. Y cada una de ellas está firmemente fijada al pilar central de cada cimiento. Como sabes, Babilonia está construida sobre las arenas del desierto. Ahora observa.
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