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1559″

Mis hombres estaban dispuestos a morir! ¡Pero no preparados para combatir! ¡Los españoles los han aplastado! Escuchad, ¿estáis dispuestos a ayudar a Flandes, sí o no? ¡Quizá no! Podemos ayudar a un país que ha sido atacado, pero no es fácil. ¿Por qué no? El agresor es el Rey de España. ¡Estamos hablando de atacar al Rey de España! ¡No estamos preparados! ¡No estamos preparados! ¡No, para luchar contra el ejército más poderoso de Europa! ¡El mejor equipado de Europa! Habéis ordenado esta expedición contra España y nosotros estamos con Inglaterra del lado de los países protestantes. Salvo si Felipe II reina sobre los Países Bajos y estaríamos rodeados por los españoles. ¡Rodeados por los españoles! ¡Rodeados por los católicos es eso lo que queréis decir! Y a mí eso no me molesta. ¡Ama! Pero no tenemos que atacar a un país católico. No debemos acudir en ayuda de los protestantes. ¿Cuánto tiempo haría falta para estar preparados? ¡Estamos preparados! ¿Por qué creéis que hemos aceptado este matrimonio contra natura? Para tener la paz en el interior del reino. ¡La paz! ¡Es falso! ¡Mentís! ¡Dejadme terminar! Para tener la paz en el interior del reino y que los franceses reconciliados católicos y protestantes vayan juntos a hacer la guerra al exterior. ¡Mentís! Hay seis mil hombres de vos en París. Pero ellos quieren combatir. Tienen hambre. Tienen calor. ¡Tened cuidado! ¡Cuidad que sus armas no sirvan para una revuelta que nadie pudiera controlar! Yo quiero esta guerra. Y el Rey la quiere también. Estaremos preparados. Venid, Coligny, vamos a darle de comer al perro. La carne blanca es mejor para el pelaje. Allí hay verduras. Tráemelas. Me dominas. Tienes demasiada influencia sobre mí. No paras de interrumpirme. ¿Te das cuenta? Tiene buen apetito. Eso es lo que piensan todos. Ellos mi familia mis súbditos. Sin embargo, yo sólo veo una cosa. Gracias a ti, me he liberado. Es cierto, Coligny me he liberado de mi madre. Desde que ella no es reina, yo soy Rey. ¡Come perro, come! Y no reina desde que Coligny es mi padre. Antes no podía confiar en nadie. Te lo juro. ¡Sólo en mi nodriza! Ella también es protestante. ¿Lo sabías? Toma el plan de campaña que me has expuesto. Revísalo esta noche y me informas mañana. Te espero a la diez. Como de costumbre. ¿Estamos en guerra? Sí, es la guerra. Dime, ¿quién es ése? René, el perfumista de doña Catalina. Dicen que sus venenos son mejores que sus perfumes. Bueno es saberlo. No tocaremos sus perfumes. ¿Prefieres el veneno? Siento simpatía por los protestantes. Conserváis esa fe en Dios que hemos perdido. Yo también siento simpatía por los católicos. Dicen que sois dos mil. ¿Es cierto? ¡Podéis contarlos! ¡Están invitados todos a mi boda! ¡Dicen que es bueno para Francia! Pero para mí el día de vuestra boda es un día de luto. Para mí, una vergüenza. Los vuestros mataron a mi madre. Y me he casado con vuestra concubina. Hace tres años en Orleáns ¿cuánto te pagó Guise por matar a Coligny? ¿Diez mil? ¿Quince mil? Veinte mil. Lo sé. Le salvó un hombre. Uno de sus antiguos capitanes, creo. Él recibió la bala. ¿Cómo se llama ese hombre? El señor de La Môle. Leyrac de La Môle. Estabas a sus órdenes, ¿verdad? Te quería como si fueras un hijo. Te daba techo, te alimentaba. Le llamabas tu padre. Él era como un padre. Y le remataste de un tiro en la espalda. Me piden tu cabeza. ¿Se la doy? Vendedla muy cara, o utilizadme. Mañana, un poco antes de la diez, pasará un hombre. Calle Saint-Germain l’Auxerrois, en dirección al Louvre. ¿Cómo le reconoceré? Llevará bajo el brazo una cartera de piel roja. Como ésta. ¿Conservas la pistola que te dio Guise? Soy más hábil con el arcabuz. ¡Maurevel! Prefiero que uses la pistola del Duque de Guise. Ayer noche, esperé a que llamaras a mi puerta. Me prometiste que vendrías a despedirte. ¿Por que a despedirme? Nada ha cambiado. Te amo. Estoy aquí. Ahora perteneces a tu marido. Jamás será mi marido. Siempre seréis mis hermanos. ¡Levantaos! ¡Vamos! Está aquí. Te está esperando. ¡Vete! ¡Vete! Hace un momento el Rey me dijo sonriendo: a partir de esta noche, no seré yo el cornudo.
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